Artroscopía: cirugía mínimamente invasiva para tus articulaciones
La artroscopía es una técnica quirúrgica avanzada que permite diagnosticar y tratar lesiones articulares a través de pequeñas incisiones. Utiliza una cámara diminuta (artroscopio) y herramientas especializadas para trabajar dentro de la articulación sin necesidad de cirugía abierta.
Es un procedimiento seguro, con menos dolor, menor tiempo de recuperación y menos riesgo de complicaciones.
¿En qué casos se recomienda?
Realizo artroscopía en las siguientes articulaciones:
Rodilla: lesiones de meniscos, ligamentos, cartílago o sinovitis.
Hombro: luxaciones, lesiones del manguito rotador o del labrum.
Codo: rigidez, cuerpos libres, sinovitis o lesiones por sobreuso.
Tobillo: lesiones por esguinces crónicos, pinzamientos o cartílago dañado.
Beneficios de la artroscopía
Incisiones pequeñas, menor cicatriz
Menos dolor postoperatorio
Recuperación más rápida
Alta el mismo día en la mayoría de los casos
Mejor visualización de la lesión sin abrir completamente la articulación
¿Cómo es el procedimiento?
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Evaluación clínica y revisión de estudios (RX, resonancia, etc.)
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Planeación quirúrgica individualizada
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Cirugía ambulatoria (bajo anestesia regional o general)
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Rehabilitación dirigida según el tipo de lesión
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Seguimiento cercano y personalizado

Lo que mis pacientes suelen preguntar
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Entre 30 y 60 minutos, dependiendo de la articulación y la lesión.
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No. Al ser mínimamente invasiva, la mayoría de los pacientes presenta solo molestias leves controlables con analgésicos.
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Puedes retomar actividades ligeras en 1 a 3 semanas. El tiempo exacto depende de tu caso.
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Yo realizo personalmente todas las artroscopías, utilizando equipo de alta tecnología y técnicas actualizadas.